viernes, junio 30, 2006

Lo vivido versus lo soñado.


No hace mucho leímos Noches Blancas, una novela corta de Dostoievsky. Como en ese libro se describe pero que muy bien la mente del soñador y su actitud ante la vida, nos ha despertado el gusanillo de hablar un poco sobre eso.

Entre algunos cineastas e intelectuales de la nouvelle vague, allá en la Francia de los sesenta del siglo pasado, se establecía un debate tan interesante como estéril: ¿qué es mejor, el cine o la realidad?. Digo que es interesante, porque es una pregunta que tiene su aquel para todo cinéfilo; y digo también que es estéril, porque, evidentemente, la realidad engloba al cine. El cine forma parte de la realidad.

Una de las mejores películas de los ochenta se plantea (y da una respuesta) a esa misma cuestión de una forma magistral. Nos referimos a La Rosa Púrpura de El Cairo, de Woody Allen.
El director neoyorquino (cuya estatua, como sabréis, se pasea por la calle Milicias Nacionales de Oviedo) opina que es mejor vivir una realidad, aunque triste, que vivir constantemente en un sueño. Eso equivaldría a la locura, dice. También afirma que en un sueño no podríamos comernos un filete. El viejo Woody escogería realidad.

Al contestar a esa pregunta que se planteaban aquellos directores franchutes respondemos también a la de si es mejor vivir o soñar, puesto que el cine (como las novelas o los videojuegos) en nuestra opinión, no es más que una forma de evadirse, de soñar despiertos.

Pero no es tan sencillo admitir que la realidad engloba al sueño como sí abarca al cine... Los mundos que el soñador crea en su mente son mundos paralelos, y se diría que independientes de este. Evidentemente no son independientes, puesto que el que sueña despierto toma los objetos, seres e ideas de la realidad para modificarlos a su propio placer, amén de que sin la base física y real de nuestro cerebro (no creemos en las paparruchas del alma, semos asín de ijnorantes mecanicistas ), no habría ni esos sueños, ni habría representación del mundo (no habría nada).

Visto que la realidad engloba de algún modo al sueño (eso se ve en las creaciones literarias, cinematográficas, artísticas...: por fantásticas que sean, tienen que tener una base real, una especie de correspondencia con lo real, una relación realidad-poesía que se establece en la mente del artista creador), hablemos un poco de cómo ve el mundo el soñador.

En primer lugar, creemos que la capacidad para imaginar poderosamente y dejarse llevar por los ensueños así creados sólo es pura en los niños. De algún modo, al crecer, perdemos gran parte de esa facultad maravillosa; sólo algunos conservan una parte importante de ella durante la edad adulta, esos que tienen pájaros en la cabeza durante toda su vida...

Quizá la experiencia ha demostrado al soñador que la realidad es triste y fría. La única forma de alegrar un poco la vida es adornándola con su mundo interior. Hay una frase en La Mosca Sabia de Clarín (cuento que reflexiona sobre este tema de realidad y sueño como acaso sólo Cervantes en El Quijote supo hacerlo) que me gusta mucho porque resume muy bien el sentir del soñador: "Poetizar la vida con elementos puramente interiores propios, es el único consuelo para las desdichas del mundo. No es un gran consuelo, pero es el único."

El soñador tiende a la inacción.

Hay elementos en la realidad que, como potentes flashes, deslumbran y afectan enormemente a la mente del que con su imaginación construye castillos en el aire: por ejemplo, una mirada casual de una chica puede llevarle a novelar toda una historia de amor que durarará muchos meses en su cabeza. La consecución de un cuento o una novelita mediocre puede llevarle a pensar que algún día será publicada y leída por muchos... O imaginará que, aun viviendo en una región donde el amiguismo es norma, de algún modo alcanzará el éxito profesional... La realidad suele ser muy diferente, acaso por el descuido que de su vida hace (sólo vive sus ensueños), acaso porque por el mismo soñar, no tiene las suficientes habilidades en la vida para lograr ningún éxito ,o quizá, simplemente, porque la realidad no es gran cosa. El caso es que los sueños se retroalimentan entonces: como la vida sigue sin cumplir las expectativas que se crea, se refugia en lo soñado, abandonando aun más su vida real...

Pero esa solución no es definitiva y, tarde o temprano, algo romperá ese engranaje, ya para siempre: o bien algo sucede en la realidad (un acontecimiento verdaderamente difícil de afrontar e imposible de evadir, un golpe demasiado fuerte) que da con todos los sueños al traste, o bien los chascos del despertar, del confrontar sueño con realidad, van haciendo mella en su espíritu, creando desde el principio un fondo de melancolía que lo va envolviendo todo, cada vez más intenso, que agría también sus sueños. ¿Qué refugio le queda entonces?

Y es que, como dice Dostoievsky en sus Noches Blancas:

Y mueve uno la cabeza y murmura: "¡qué rápidos pasan los años!". Y torna uno a preguntarse: "Qué hiciste de tus años? ¿Dónde enterraste tu tiempo? ¿Es que siquiera viviste? ¿ O no?". "Mira, se dice uno a sí mismo, mira qué frío hace en el mundo. Pasarán aún algunos años, y entonces vendrá la espantosa soledad, vendrá con sus muletas la vejez temblona, trayendo consigo la tristeza y el dolor. Perderán sus colores tu fantástico mundo, se mutilarán y morirán tus sueños, y cual la amarilla hoja del árbol, asimismo se desprenderán de ti..." ¡Oh, Nástenka! ¡Qué tristeza entonces encontrarse solo, y no tener siquiera de qué poderse lamentar... ni eso siquiera! Pues todo lo que habremos perdido, todo eso no era nada, nada más que un cero, un simple cero: no era otra cosa que una ilusión.

Así que, amigos, de poder escoger, sin duda lo mejor es vivir. Vivir. Aunque sea estúpida, prosaicamente. Al menos nos quedará lo vivido. ¿no creéis?

NOTAS: imagen1, una de las geniales ilustraciones de Gustavo Doré para el Quijote, el soñador por antonomasia; imagen2, retrato de Fíodor Mijáilovich Dostoievsky (1821-1881).

jueves, junio 29, 2006

La edad de Larra.

Hala, héteme aquí con 28 tacos (jo, cómo pasa el tiempo, parece que fue hace sólo tres días cuando tenía 27...).

Intento hacer una especie de chiste a todo el que me pregunta la edad (hasta ahora a nadie le ha hecho ni puñetera gracia, así de malo será...):

-oye, ¿tú cuántos años tienes?
-pues tengo la edad de Cristo... cuando Cristo tenía 28, claro, jeje.

La edad que Fígaro tenía cuando se suicidó. También murió a esa edad, de tuberculosis, el escritor norteamericano Stephen Crane, autor de La Roja Insignia del Valor, novela de gran importancia según Pérez-Reverte.

Pero todo esto no era para cometer la gilimemez esa, esa cosa tan fea tan típica de los blogs (de este también), eso de yo-mi-me-conmigo-memiroelombligo. Eso es de idiotas. Ni tampoco se me pasó por la cabeza establecer ningún tipo de comparación entre un faltoso absolutamente ijnorante como el menda y el autor de los más famosos Artículos de Costumbres. No. Era porque quería copiaros un interesante fragmento de lo que Mesonero Romanos cuenta sobre la muerte de Larra en su libro Memorias de un Setentón. Leedlo, que es cortito el texto y no tiene desperdicio (atención al muchacho que se da a conocer a los literatos madrileños durante el entierro de Fígaro). Cuidaos mucho.

El día 13 de febrero de 1837 me hacía una de sus frecuentes visitas don Mariano José de Larra, el ingenioso Fígaro, que siempre me manifestó decidida inclinación, y en ésta, como en todas nuestras entrevistas, giró la conversación sobre materias literarias, sobre nuestros propios escritos, sin celos ni emulación de ninguna especie, si bien asomando siempre en las palabras de Larra aquel escepticismo que le dominaba, y en sus labios aquella sarcástica sonrisa que nunca pudo echar de sí y que yo procuraba en vano combatir con mis bromas festivas y mi halagüeña persuasiva; aquel día, empero, le hallé más templado que de costumbre, y animado, además, hablándome del proyecto de un drama que tenía ya bosquejado, en que quería presentar en la escena al inmortal Quevedo, y hasta me invitó a su colaboración, que yo rehusé por mi poca inclinación a los trabajos colectivos; pero en ninguna de sus palabras pude vislumbrar la más leve preocupación extraña, y hubiérale instado, como otros días, a quedarse a almorzar conmigo si ya no lo hubiera hecho, por ser pasada la hora.

¡Cuál no sería mi asombro a la mañana siguiente, al presentárseme don Manuel Delgado (el famoso editor que hizo su fortuna a costa de todos los ingenios de aquella época), diciéndome que la noche anterior, es decir, la del mismo día 13, en que había estado en mi casa, se había suicidado Larra en su propia habitación, calle de Santa Clara, número 3, y que él (Delgado) y otros amigos se habían encargado de tributarle los fúnebres honores, para lo cual allegaban en el acto por suscripción los fondos necesarios! Contribuí, pues, inmediatamente, y en la misma tarde del 14 estábamos reunidos todos los amantes de las letras, o por mejor decir, toda la juventud madrileña, en la parroquia de Santiago, ante el sangriento cadáver del malogrado Fígaro; colocado que fue en un carro fúnebre, sobre el que se ostentaban cien coronas en torno de sus preciados escritos, seguimos todos a pie, enlutados y llenos de sincero dolor, tributando de este modo el primer homenaje público, acaso desde Lope de Vega, rendido entre nosotros al ingenio. Y llegados que fuimos al camposanto de la puerta de Fuencarral, y antes de introducir el ataúd en su modesto nicho, don Mariano Roca de Togores (actual marqués de Molíns) pronunció algunas sentidas frases en loor del desdichado suicida. Adelantóse luego con tímido continente un joven, un niño aún, pálido, macilento, de breve persona y melancólica voz; pidió permiso para leer una composición, y obtenido, hízolo de un modo solemne, patético, en aquellos versos que empiezan:

Ese vago clamor que rasga el viento
es el son funeral de una campana!!...
Vano remedo del postrer lamento
de un cadáver sombrío y macilento,
que en sucio polvo dormirá mañana.

Aquella sentida composición sorprendió a los circunstantes; aquel niño inspirado hizo vibrar las fibras de nuestros corazones, y el nombre de José Zorrilla, circulando de boca en boca, consiguió inspirar desde aquel instante las mayores simpatías.

viernes, junio 23, 2006

Dos diosas de la infancia.

Os presento a dos deidades de mi infancia. Dos beldades tan sumamente hermosas que no parecen reales. La primera es Phoebe Cates, la prota de Gremlins. La segunda... la segunda era mi verdadera diosa (pues, ahora que lo pienso yo era monoteísta, siendo la Phoebe Cates no más que un serafín con un rango bastante bajo en el escalafón angelical en comparación con ella.). Ella es Jennifer Connelly. Hoy es famosísima y tiene un óscar en su haber por su papel en Una Mente Maravillosa. Su belleza de hoy, con ese aspecto de anoréxica, no es ni la sombra de la voluptuosa y turgente, de la primorosa hermosura pasada; la que tenía poder para hacernos imaginar mil cándidas historias noveladas por nuestra inocente imaginación pre-adolescente. La foto que os subo corresponde la de la Jenny de Rocketeer, la mejor peli de aventuras de los noventa. ¿Verdad que mi Jenny parecía hecha de luz y poesía?

:) cuidaos.

martes, junio 20, 2006

Los verdaderos friqis.

La primera vez que oí la palabra friqi... pues no sé cuántos años hace exactamente, pero ya había visto la película (la última vez que la emitió en TV fue en La2, en La Noche Temática, cuando ese espacio era los viernes) La Parada de los Monstruos, de Tod Browning. "Freaks" es el título original. Una película grotesca y terrorífica, porque no hay efectos especiales ni maquillaje en ella. Quiero decir que los "monstruos" de la peli son de verdad: personas con extrañas taras, malformaciones genéticas; gente de circo (mujeres barbudas, siameses unidos, gente con un rostro y un físico repulsivo, otros a los que les falta la mitad del cuerpo...). Así que el primer significado del sustantivo en inglés freak es monstruo. Muy ligado al segundo, extravagante.

Aquí en España la palabra friqui participa bastante de ese segundo significado en inglés. Aunque para nosotros un friqi es alguien que es un verdadero aficionado a un tema poco usual; que tiene como una pasión suya un hobbie extraño (sobre todo juegos de rol, pelis raras, cómics, videojuegos, mitologías, literatura fantástica). Así, se vienen llamando friquis a los que, a pesar de tener veintimuchos o treinta y pico, aun flipan con los cómics de márvel, por ejemplo. O para los que no hay más universo que el de La Guerra de las Galaxias (hay gente tan flipada, que tiene a La Fuerza como una especie de pseudorreligión, ¡en serio!). O los que saben soltarte parrafadas en idioma élfico o en klingon. O los que te tararean todas las músicas del Mario Bros3. Pues eso, seguidores, aficionados, o simplemente enteradillos en series de televisión, videojuegos, ciertos tipos de música, determinados géneros de cine, etc. son llamados friquis hoy día. Así que, salvo ese segmento de la población que no tiene más inquietudes intelectuales que saber si por fin hoy Raúla, la gocha más simpática de GH, acabará tirándose al cachitas de Borja ( quien parecía que le tiraba los tejos) o si pasará de chico y se decidirá finalmente por su amiga Vanesssa, que también tiene buenas probabilidades la condená... Salvo esos, puede decirse que hoy todo el mundo es friqui de algo.

Y es bonito eso de que todos tengamos una afición rara, y que todos nos identifiquemos con alguna (o algunas) serie de la tele o algo así (Los Simpson -sin "s" al final, joer, que no decimos "Los Fernándezs"- es mi favorita desde que tenía 12 años), videojuegos (Monkey Island, la mejor saga de videojuegos que existe, lo juro por todo el oro del Big Whoop), cierto estilo de música (el R´n´R en mi caso), de cine...

Un artículo de Argüelles-Meres en LNE hace un par de meses, citaba al escritor norteamericano Phillip Roth:" Dentro de unos pocos años, los buenos lectores serán tan pocos que serán como un culto, las 150 personas que en los EEUU que leen Ana Karennina, por ejemplo."

Y sin irnos a país tan lejano ni adelantarnos ningún año, ¿cuántos de nuestros jóvenes compatriotas se han admirado con la terrorífica, sublime aventura de Félix de Montemar, obra cumbre del romanticismo español?, ¿cuántos han intentado comprender la compleja y maravillosa mente de Andrés Hurtado?, ¿cuántos han viajado con Periandro, Auristela y los demás, desde las regiones hiperbóreas hasta Roma, viviendo mil vicisitudes e insólitas aventuras?, ¿Cúantos jóvenes no-asturianos (exceptuando a mi amiga Eva), han tratado de entender el idealismo que encierra la maravillosa mente de la hermosa Ana Ozores , atrapada en un prosaico mundo lleno de gente vulgar?...

¿Cuántos jóvenes españoles, en fin, se asoman a las muestras más conocidas, a los más afamados clásicos de su propia literatura?

Supongo que unos poquitos. Pocos. Ellos sí que son extravagantes, raros. Ellos son los verdaderos friquis.

domingo, junio 18, 2006

Y a cumplir otros cien, Billy.

Nació hace cien años, un 22 de junio de 1906 en Sucha, hoy Austria. En su juventud se ganó el pan como periodista. Huyendo del nazismo se afincó en EEUU, donde se convertiría en uno de los más importantes creadores cinematográficos de todos los tiempos (de escoger a los tres más grandes, a aquellos con quienes identificaríamos el Cine -con mayúscula- uno sería él, otro Ford, y otro Hitchcock).

Aunque se le identifica con algunas de las más grandes comedias que se han hecho, era un todoterreno, pues Perdición es, para muchos (Woody Allen por ejemplo) la mejor película de cine negro jamás realizada... Ah, hablando de sus comedias, curiosamente la que se dice que es la mejor peli de risa que se ha hecho, Con Faldas y a Lo Loco, yo la encuentro fallida, aunque reconozco que debería darle una segunda oportunidad..., en cambio otras suyas como Primera Plana, o Bésame Tonto, me parecen realmente geniales. Su melancólico drama romántico El Apartamento te deja sin respiración, y sigue siendo hoy tan válido al describir la soledad de los CC Báxteres en las grandes urbes como hace 45 años, además de un elegante enfoque sobre el inocente idealismo romántico del protagonista contrapuesto a la fea carnalidad que está en todas partes en el vulgar mundo en que vive (que es el nuestro). Irma la Dulce es simplemente perfecta. Y con El Gran Carnaval, o con la excelente versión que con su Primera Plana hace de la Luna Nueva de Hawks, nos regala dos de las más lúcidas visiones que del periodismo amarillista hizo Hollywood.

Aquí hoy le recordamos con un par de frases de sus películas:

"¿Sabe? , solía vivir como Robinsón Crusoe. Quiero decir, como un náufrago en medio de ocho millones de personas. Entonces un buen día vi una huella en la arena, y allí estaba usted." (C.C. Baxter (Jack Lemmon) a la señorita Kubelik (Shirley McLaine) en El Apartamento, 1960)

"Lo maté por dinero y por una mujer. No conseguí el dinero... y tampoco a la mujer." Walter Neff (Fred MacMurray), Perdición (1944)

"- Holmes... ¿soy demasiado atrevido si le pregunto si ha habido alguna mujer en su vida?

- La respuesta es sí...: está usted siendo atrevido. Buenas noches." (La Vida Privada de Sherlock Holmes, 1970).


antes de dejaros recordando un fragmento (el excelente final) de PRIMERA PLANA, en el que vemos a un Walter Matthau haciendo su papel preferido: tipo cascarrabias sin compasión ni escrúpulos capaz de cualquier cosa para conseguir un fin (en este caso evitar que su mejor periodista - Jack Lemmon - le deje para casarse e iniciar nueva vida en la otra punta del país), me gustaría preguntaros, cinéfilos, ¿por qué C.C. Baxter usaba una raqueta para preparar sus espagueti?.Dejad un post. Un saludo :)

miércoles, junio 14, 2006

Una frase de Pla y su réplica.

"Lo más parecido a un español de derechas es un español de izquierdas" Josep Pla (1897-1981).

"Lo más parecido a un catalán de derechas es... es... (maldita sea, ¿hay catalanes de izquierdas?)" M. Imbelecio (1978-20??)

jeje, digo esto, entre otras cosas, por eso que estamos viendo en la prensa estos días... agresiones a gente que quiere llevar una actividad política en Cataluña con ideas distintas a las impuestas por la mayoría. (Ciudadanos de Cataluña, Partito Popular...).

Vale, a mí no me molan los peperos nada de nada. Es el partido político que más aborrezco. Pero de ahí a agredir a quienes no piensen como yo va un mundo, ¿no?... Y si hubiera una condena clara - más clara, que a veces la hay, pero dicha así como pisando huevos - por parte del resto de partidos catalanes, quizá no habría más casos de esos... Ahora bien, decir eso de "El pueblo catalán tiene el derecho a mostrar su rechazo a determinados partidos" (CiU), o "es una campaña orquestada por el partido popular para ir de víctimas..." (PSC)..., pues como que no arregla las cosas.

El PP me da asquito, pero no es como para hostiarles... basta con no votarles, ¿no?; y si alguien quiere votarles, o ir a un acto a mostrarles su simpatía, lo lógico es que pueda ir, que no hace daño a nadie por eso... Es algo básico en ese tema del que tanto se habla por el mundo, esa palabra tan empleada en tantos países (pero bien realizada en demasiados pocos), esa chifladura de la democracia.

domingo, junio 11, 2006

¡Felicidades, Indy!

12 de junio de 1981. Han transcurrido justo 25 años del estreno (en los cines yanquis) de En Busca del Arca Perdida, uno de los filmes más apreciados por los cinéfilos de todas las edades. La película que inventaba a uno de los mitos del cine actual, ese archiconocido aventurero con nombre de perro (George Lucas tuvo un perro en los setenta que se llamaba Indiana, no es sólo un chiste de la tercera entrega). Por cierto, me gustaría preguntaros... ¿cuál es vuestra favorita de la saga?. A mí la que más me gusta es la del La Última Cruzada; y la que menos (pero también me gusta, ¡y mucho!), El Templo Maldito. ¿A vosotros?.

Ahí van algunos enlaces interesantes.

la página oficial sobre indy: http://www.indianajones.com/

página de los fans españoles: http://www.indyesp.net/

entrada de IMDB sobre En Busca del Arca Perdida: http://www.imdb.com/title/tt0082971/

Uno de los cortos del director tinerfeño Fran Casanova (gran admirador del personaje): Indiana Jones y La Daga del Infierno: http://www.youtube.com/watch?v=OmHxoNWV5V0

Enlaces a las entradas de la Wikipedia sobre los legendarios videojuegos Indiana Jones y la Última Cruzada (1989) (me acuerdo que se vendía libro de pistas para poder terminar esa videoaventura... ¡qué ifícil era...!, pero cómo nos enganchaba y nos hacía rabiar el quedar atascaos... No pudimos acabarla. Era una videoaventura de un año a de . M.I. (antes de Monkey Island :P ); y el Indiana Jones y el Destino de la Atlántida (Indiana Jones and the Fate of Atlantis, aunque lo llamábamos Indy4). Ésa era más fácil, aunque tampoco la terminamos (¡por muy poco!). El cabrón del Yayo la rejugó no hace mucho y sí la terminó.

Han pasado veinticinco años desde entonces... ¿le pesan a Indy? Parece que no, porque pronto volverá con la - desde hace lo menos ocho años- anunciada cuarta entrega. Spielberg afirma que la rodará en el 2007. Lucas dice que contará con Harrison Ford y que le gustaría contar con Sean Connery. Aunque el guión, mil veces retocado, parece terminado, del argumento nada se sabe.

A nosotros sí nos pesan más esos veinticinco años que han transcurrido. Aunque, como diría el mismísimo profesor Jones: "No son los años, son los kilómetros" ("It's not the years, honey, it's the mileage.") :P. Sed felices =)

NOTA: imagen1, dibujo del cartel de En Busca del Arca Perdida. imagen2, captura de pantalla de la videoaventura de Lucasarts Indiana Jones and The Last Crusade.

sábado, junio 10, 2006

Superstición de ida y vuelta. (Cuento)

(En el confesionario)

-He hecho algo realmente horrible, padre.

-Te escucho, hija.

-Quise escarmentar a ese tipo que vive en las afueras del pueblo. Ese al que todos odian. El bizco y contrahecho ese que, con sus males de ojo, hace que nuestros terneros nazcan muertos y nuestros niños enfermen; que nos martirice el reuma y nuestros maridos se emborrachen y nos peguen...

-Ese tipo al que te refieres tiene un nombre. Se llama Julián, Julián el Molinero, Y él no hace nada de eso que dices: tan sólo es un desgraciado, un pobre diablo condenado a la soledad que...

-(interrumpiéndole) el caso es que como mi hija vuelve a estar con fiebres, quise pagar al Bizco con su misma moneda. Así que hice lo que me aconsejaba Juana la de Loredo . Dijo que para maldecir a alguien para siempre, sólo tenía que quemar una Biblia, recoger las cenizas, y esparcirlas por alrededor de la casa donde vive la persona a la que queremos condenar. Así que cogí una vieja Biblia que fue de mi padre, la llevé al campo para que ni una sola ceniza se quedara en mi casa; busqué durante un rato unas piedras con la forma adecuada para recoger los restos de la quema, y finalmente le prendí fuego. Ardió en unos minutos. Pero, ¡ay, don Joaquín!, ay, que cuando voy a recoger con el badil las cenizas en una bolsa, veo que, a pesar del vigor y rapidez de la combustión, no se había consumido el libro por completo. Un pequeño trocito blanco había quedado sano, sin convertirse en ceniza... y qué susto, qué terror me invadió - mire cómo tiemblo aun-, cuando vi que en ese minúsculo pedacito blanco rodeado por un borde negro de ceniza y tan pequeño como una astillita, podía leerse una única palabra: "MORIRÁS" (rompe en sollozos. Al rato, continúa) me he condenado, padre... Dios me ha castigado por quemar el libro por él escrito...

(Tras un momento de silencio, se oye la voz del padre desde la oscuridad el confesionario, grave, severa) - Hija... nunca supuse que.... malditas supercherías, hacen aun más mezquina a la gente de este pueblo... ¡qué ocurrencia: quemar una Biblia! (tras otra pausa, más larga que la anterior, con una voz que traslucía menos enfado y quizá algo de socarronería, habla al fin, entre los tenues llantos de la penitente):

-No voy a negar, no, que es una maldición bastante grave la que ha caído sobre ti. La infalible profecía que recogiste entre las cenizas , "morirás", hace sospechar que con toda certeza, sin que intervenga el azar, se cumplirá inexorablemente, de un modo u otro, tarde o temprano, lo en ella enunciado (aquí el lloro de la mujer aumentó, agudizándose en dolor. El cura carraspea). Pero un autorizado ministro de Dios puede ayudar al más desamparado. Incluso al maldito. Veo la luz que te ha de librar de la obscuridad en que te hayas. Veo el remedio para romper ese funesto hechizo. Sólo tienes que hacer un pastel de manzanas, un sabroso pastel de manzanas, que sé que te salen muy ricos, ir donde el pobre Julián el Molinero vive, y dárselo. En el instante mismo en que lo hagas, te verás libre de la maldición divina.

La mujeruca, casi sin despedirse del cura, voló a su casa con la idea de hacer el más grande, exquisito y dulce pastel de manzanas que hubiera hecho en toda su vida.

NOTA: imagen, Lo Que Puede un Sastre! , sanguina y aguada roja (1798) de Goya (1746-1828)

jueves, junio 08, 2006

Andrés Hurtado, un amigo.


Acabo de leer otra vez El Árbol de la Ciencia. La tercera. Qué gran libro. Con razón he leído en más de un lugar que se la considera como la mejor novela del siglo XX.

El Árbol de la Ciencia fue publicada en 1911. Pío Baroja consideraba esta novela como "el libro más completo y acabado de todos los míos". Su amigo Azorín dijo que en ella se hallaba "mejor que en ningún otro libro, el espíritu de Baroja."

Se trata de una Bildungsroman ("novela de educación" o "novela de formación", en alemán), es decir, una novela que representa el desarrollo moral, psicológico, espiritual, filosófico, del principal protagonista desde su juventud hasta la madurez.

En este caso el protagonista es Andrés Hurtado. Un joven al que conoceremos y acompañaremos desde los 17 ó 18 años de edad con que ingresa en la Facultad de Medicina (la primera escena del libro nos lleva al primer día de clase de la carrera), hasta los 30 ó 31.

Es un muchacho realmente peculiar que seguramente no es más que una proyección de la personalidad de Baroja: insociable, anticlerical, anarquista, misógino, abúlico, pesimista, neurótico...

Pero así definido tan escuetamente el espíritu de Hurtado-Baroja podrá parecer al frívolo que Andrés es una especie de maniático sinvergüenza. Nada más lejos de la realidad:

*Andrés es altamente huraño e insociable, pero a la vez sufre y se preocupa mucho por sus semejantes: no soporta las injusticias sociales, la falta de moralidad, la explotación del otro. Tanta injusticia le produce un gran daño, casi físico; anhela una sociedad más justa e igualitaria, aunque su pesimismo le lleve a la inacción, derivada de la convicción de su incapacidad para hacer algo para cambiar la injusta sociedad:

Pensaba que en la vida ni había ni podía haber justicia. La vida era una corriente tumultuosa e inconsciente, donde los actores representaban una tragedia que no comprendían; y los hombres, llegados a un estado de intelectualidad, contemplaban la escena con una mirada compasiva y piadosa. (primera parte)

*Hurtado es misógino. Me gustaría hacer una aclaración sobre esto debido a la actitud de muchas frívolas de confundir, mezclar, y usar indistintamente los términos misoginia y machismo, que no es lo mismo ni de lejos: un machista, además de gilipollas, puede ser misógino, pero un misógino no tiene por qué ser machista... ¿no os queda claro? sólo tenéis que comparar definiciones. Vamos al RAE y leemos:

misógino, na- que odia a las mujeres, manifiesta aversión hacia ellas, o rehúye su trato.

machista: partidario del machismo (actitud de prepotencia del varón con respecto a las mujeres)

Queda claro entonces que, por ejemplo, un tipo muy tímido es un misógino, pero no eso no implica, ni de lejos, que sea un machista. Pero además cae de cajón y se deriva de las definiciones que un tío que no trague a las mujeres, que las odie, no tiene por qué ser machista tampoco, pues puede considerarlas su igual en todos los aspectos. (Creemos que los misóginos son, en muchos casos, románticos con un alto ideal de las mujeres que se ven defraudados una y otra vez al enfrentar ese ideal con la realidad.)

Pues bien. Andrés, como Baroja, es misógino. Y su misoginia, nos atrevemos a decir, es una consecuencia de su timidez y retraimiento.

Me gusta el retrato que de la misoginia barojiana nos da Garci en su más que recomendable película HISTORIA DE UN BESO (2002). En ella, el protagonista (interpretado por Alfredo Landa), Blas Otamendi (personaje ficticio claramente inspirado en Baroja), descubre el amor siendo ya un anciano. Confiesa a su amada (Ana Fernández) algo parecido a esto:

-Siempre se ha dicho de mí que soy un misógino... Qué desencaminados andan los que de mí eso dicen: es más bien timidez, mi proverbial timidez para con las mujeres...

*neurótico: Andrés es muy inestable emocionalmente. Con tendencia al nerviosismo y a la perenne melancolía. El malestar de su alma se verá reflejado en padecimientos del cuerpo. Los hechos tristes e injustos que observa en su trabajo y en su vida afectarán enormemente a su estado de ánimo.

*pesimista, abúlico, depresivo: Lector de Schopenhauer, Andrés Hurtado es tan pesimista que podría considerarse como un paradigma literario del pesimismo:

En casi todos los momentos de su vida, Andrés experimentaba la sensación de sentirse solo y abandonado.
(...)
La muerte de su madre le había dejado un gran vacío en su alma y una inclinación por la tristeza. (primera parte)

¿Qué hacer? ¿Qué dirección dar a la vida?- se preguntaba con angustia. Y la gente, las cosas, el sol, le parecían sin realidad ante el problema planteado en su cerebro. (segunda parte)

Su pesimismo le hacía pensar que la calma no iba a ser duradera:
"Algo va a venir el mejor día -pensaba- que va a descomponer este bello equilibrio."
Muchas veces se figuraba que en su vida había una ventana abierta a un abismo. Asomándose a ella, el vértido y el horror se apoderaban de su alma."
(...)
¿Cómo decir a aquella mujer que él se consideraba un producto envenenado y podrido, que no debía tener descendencia? (séptima parte)

Para acabar, quisiera decir que me veo reflejado en muchísimos de los aspectos del espíritu de Andrés: melancolía, pesimismo, hurañía, enfado ante la injusticia... El caso es que Andrés Hurtado me cae muy bien. Llamé Andrés en su honor al prota de mi novela Alma del Infierno. Y admiro el intelectualismo gruñón de ese álter ego barojiano. Desde que leí por primera vez esa novela que tanto me impresiona hace unos siete años, siempre he tenido la sensación de que el insociable Hurtado es una especie de amigo. Y eso soy yo para él: un amigo a quien no conoce ni conocerá nunca, pero que observa su vida, su espíritu, su pensar, su actitud ante la vida; que alimenta su intelecto con sus juicios y razones. Que de algún modo está a su lado, acompañándole en esa vida de pesares, aunque a pesar de todo se sienta tan solo.

NOTA: imagen1, portada de la edición de bolsillo de El Árbol de la Ciencia, de Alianza Editorial (ésa es la edición que yo tengo); imagen2, estatua de Baroja en Parque de El Retiro madrileño. Abajo, en su pedestal (no aparece en la foto), puede leerse: "MADRID A PÍO BAROJA, 17 de Marzo de 1980". imagen3, cartel de la película de José Luis Garci Historia de un Beso.

domingo, junio 04, 2006

Tráiler largo de Alatriste.

"Habrá un antes y un después en el cine español." Arturo Pérez-Reverte.





No sé de dónde han sacado este tráiler. Está en inglés. Dura tres minutos y medio. Que lo disfrutéis.